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Santiago Serrano

 

Brasil

 

El teatro brasileiro surgio cuando Portugal comezó a hacer de Brasil su colonia (Siglo XVI). Los Jesuítas, con el intento de catequizar a los índios, trajeron no solo la nueva religion - católica -, sino tambien una cultura diferente, en que se incluía la literatura y el teatro. Aliada a los ritules festivos y danzas indígenas, la primera forma de teatro que los brasileiros conocieron fue la de los portugueses, que tenía un carácter pedagógico basado en la Bíblia. En esa época, el mayor responsable de la enseñanza del teatro, asi como de la autoria de las obras, fue el Padre Anchieta.

En el siglo XVII, las representaciones de obras escritas por los Jesuítas - por lo menos aquellas con una clara finalidad de catequesis - fueron cada vez mas escasas. Este siglo fue un tiempo de crisis. Las teatralizaciones que se realizaron se inspiraban en las luchas de la época (como por ejemplo las luchas contra los holandeses) y dependian de ocasiones como fiestas religiosas o cívica para su puesta en escena.

De las piezas estrenadas en la época, podemos destacar las comedias presentadas en los eventos de aclamacion a D. João IV, en 1641, y las obras promovidas por los franciscanos del Convento de Santo Antônio, en Rio de Janeiro, con la finalidad de distraer a la comunidad. Tambien se realizaron representaciones teatrales en las fiestas de instauración de la província franciscana de la Imaculada Conceição, em 1678, en Rio.

Lo que se puede notar en este siglo es la repercusión del teatro español en este país, y la existencia de un nombre - ligado al teatro - para destacar: Manuel Botelho de Oliveira (Bahia, 1636-1711). El fue el primer poeta brasileiro en tener sus obras publicadas dos de ellas en español (Hay amigo para amigo e Amor, Engaños y Celos).

Fue solamente en la segunda mitad del siglo XVIII que las piezas teatrales pasaron a ser presentadas con una cierta frecuencia. Palcos (tablados) montados en plazas públicas eran los locales de las representaciones. Asi como las iglesias y algunas veces el palacio de algún governante. En esa época, era fuerte la característica educacional del teatro por ello acabó por merecer ser presentada en locales fijos para las piezas: las llamadas Casas de la Opera o Casas de la Comedia, que comezaron a crearse en todo el país.

Luego de la creacion de locales "de teatro" surgieron las primeras compañias teatrales. Los actores eran contratados para hacer un determinado número de presentaciones en las Casas de Opera, durante todo el año, o apenas por algunos meses.

En el siglo XVIII e inicio del XIX, los actores eran personas de las clases mas bajas, en su mayoria mulatos. Había un preconcepto contra la atividad, llegando inclusive a ser prohibida la participacion de mujeres en los elencos. De esa forma, eran los propios hombres que representaban los papeles femeninos, pasando a ser llamados "travestis".

En cuanto al repertorio, se destaca la gran influencia estranjera en el teatro brasileiro de esa época. Dentro de los nombres mas citados estaban los de Molière, Voltaire, Maffei, Goldoni y Metastásio. Apesar de la mayor influencia extranjera, algunos nombres nacionales también merecen ser recordados. Son ellos: Luís Alves Pinto, que escribió la comedia en verso Amor Mal Correspondido, Alexandre de Gusmão, que tradujo la comedia francesa O Marido Confundido, Cláudio Manuel da Costa, que escribio O Parnaso Obsequioso y otros poemas representados en todo el país, e Inácio José de Alvarenga Peixoto, autor del drama Enéias no Lácio.

La llegada de la familia real para el Brasil, en 1808, trajo una serie de mejoras para el Brasil. Una de ellas fue para el teatro. D. João VI, en el decreto del 28 de mayo de 1810, reconocía la necesidad de la construccion de "teatros decentes". El decreto represento un estímulo para la inauguracion de varios teatros. Las compañias teatrales, pasaron a trabajar en los teatros, trayendo com ellas un público cada vez mayor. La primeira de ellas, realmente brasileira, estreno en 1833, en Niterói, dirigida por João Caetano, el drama O Príncipe Amante da Liberdade ou A Independência da Escócia.

La agitación que anticipo la Independencia del Brasil fue reflejada en el teatro. Las plateas eran muy agresivas, y aprovechaban las representaciones para promover manifestaciones, con gritos que exaltaban a la República. Eran los comienzos de la fundación del teatro -y de una vida - realmente nacional. A consecuencia del nacionalismo exacerbado del público, los actores extranjeros comezaron a ser substituidos por nacionales. Al contrário de ese cuadro, el respeto tomaba cuenta del público cuando D.Pedro estaba presente en el teatro ( hecho que acontecía en épocas e lugares que vivian condiciones "normales", esto es, donde y cuando no había este tipo de manifestaciones). En estas ocasiones, era mas interesante admirar a los espectadores - principalmente a las señoras ricamente vestidas - que a los actores. Además del lujo, se podia notar el prejuicio contra los negros, que no concurrían a los teatros. Los actores que eran casi todos mulatos, cubrían los rostros con maquillaje blanco y rosado.

A partir de la Independencia, en 1822, un exacerbado sentimento nacionalista se apodero de las manifestaciones culturales. Este espiritu nacionalista tambien llego al teatro aunque la literatura dramática brasileira todavía era incipiente y dependía de iniciativas aisladas. Muchas piezas, a partir de 1838, fueron influenciadas por el Romantismo, movimento literario en voga en la época.

El escritor Joaquim Manuel de Macedo destaco algunos mitos del nasciente sentimento de nacionalidad de la época: el mito de la grandeza territorial del Brasil, de la opulencia de la naturaleza del país, de la igualdad de todos los brasileiros, de la hospitalidad del pueblo, entre otros. Estos mitos influenciaron, en gran parte,a los artistas romanticos de ese período.

La tragedia Antônio José ou O poeta e a inquisição escrita por Gonçalves de Magalhães (1811-1882) y llevada a escena por João Caetano (1808-1863), el 13 de marzo de 1838, en el teatro Constitucional Fluminense, fue el primeir paso para la implantacion de un teatro considerado brasileiro.

El mismo año, el 4 de octubre, fue representada por primeira vez la comedia O juiz de paz da roça, de Martins Pena (1815-1848), tambien en el teatro Constitucional Fluminense por la misma compañia de João Caetano. Esta pieza fue el puntapié inicial para la consolidacion de la comedia de costumbres como género preferido del público.

Las piezas de Martins Pena estaban integradas al Romantismo, por lo tanto, eran bien recibidas por el público, cansado del formalismo clásico anterior. El autor es considerado el verdadero fundador del teatro nacional, por la cantidad - en casi diez años, escribio 28 obras - y por la calidad de su producción. Su obra, por la gran popularidad que provoco, fue muy importante para la consolidación del teatro en el Brasil.

Martins Pena reformulo el esquema de la farsa portuguesa introduciendole personajes y situaciones tipicamente cariocas. El padre de la comedia brasileira prefirio mostrar las conductas y las costumbres considerados "censurables".

El Realismo en la dramaturgia nacional puede ser subdividido en dos períodos: el primero,de 1855 - cuando el empresario Joaquim Heliodoro monta su compañía - hasta 1884 con la representacion de O mandarim, de Artur Azevedo, que consolida el género revista y los dramas de casaca. El segundo período va de 1884 a los primeros años del siglo XX, cuando la opereta y la revista son los géneros preferidos del público.

Esa primera fase no se completa en un teatro naturalista. A excepción de una que otra tentativa, a literatura dramática no acompaño el naturalismo por culpa de la preferencia del público por el "vaudeville", la revista y la parodia. 

La renovación del teatro brasileiro, con la consolidación de la comedia como genero preferido del público, se inicio cuando Joaquim Heliodoro Gomes dos Santos monto su teatro, el Ginásio Dramático, en 1855. Ese nuevo espacio tenía como director de escena al francés Emílio Doux que trajo las piezas mas modernas de Francia de la época. El realismo importado de Francia introdujo la temática social, o sea, las cuestiones socialesmas relevantes del momento eran discutidas en los dramas de casaca. Era el teatro de tema social y de analisis psicológico.

También debe nombrarse a una de las maximas figuras de las letras de Brasil que incursiono esporadicamente en el teatro se trata de :Joaquim Maria Machado de Assis que nació en 1839, en el Morro de Livramento, Rio de Janeiro. El era el hijo único de un matrimonio humilde: el padre era un pintor mulato y la madre una lavandera portuguesa. Machado quedo huerfano muy pequeño y permanecio en la escuela por un período muy corto.Desde los 16 años, frecuentaba la tipografia de una revista llamada Marmota Fluminense, y luego se torno aprendiz de tipógrafo. Fue de esta forma que su carrera como escritor comenzo hasta ofrecernos una obra compuesta por varias novelas y poemas,

muchos cuentos, críticas y crónicas, algunas comedias e piezas de teatro. Machado de Assis escribio tres piezas originales para teatro: Tu só, tu, puro amor, Não Consultes Médico y Lição de Botânica, además de muchas traducciones y dos comedias, que son Desencantos y As Bodas de Joaninha. Ellas son piezas con pocos personajes (cuatro o seis) y muchos diálogos. La ambicion de Machado de Assis, cuando joven, era realmente el trabajo en teatro. Pero él no tenía talento para el drama, a pesar de estudiar, leer, conocer la lengua, tener el deseo de producir y la habilidad de observar y generalizar. Machado tenía perfección de estilo, pero no tenia movimiento; él tenia gracia e armonía, pero perdio el poder y el impulso. El teatro de Machado de Assis es mejor disfrutado en una lectura calma que siendo mostrado al público. De esta forma, el charme y la gracia de su estilo, y la perfección del diálogo no se pierden.

Augusto Boal influido por la teoria teatral de Brecht ha desarrollado técnicas de teatro callejero y para obreros en su libro Teatro del oprimido (1975). Dentro de los autores destacados puede nombrarse a Nelson Rodrigues(Toda nudez será castigada, Os sete gatinhos, Album de familia, 1945- Vestido de noiva, 1943- etc.)

En la actualidad hay una inmensa actividad teatral en todo el territorio de Brasil destacandose como polos creativos Rio de Janeiro, San Pablo, Belo Horizonte y Salvador. Pueden nombrarse a: Antunes Filho, director del Grupo Macunaíma y del Centro de Pesquisa Teatral (CPT), a Amir Haddad, de Ta Na Rúa, al Grupo Imbuaca, de Sergipe, a Oswaldo Barroso, de Boca Rica Teatro, de Fortaleza y Joao Das Neves.

 


 

Reseña realizada por J.C. Miller Juniors sobre la historia del teatro en Brasil (portugués)

O teatro tem sua origem com as representações de catequização dos índios. As peças eram escritas com intenções didáticas, procurando sempre encontrar meios de traduzir a crença cristã para a cultura indígena. Uma origem do teatro no Brasil se deveu à Companhia de Jesus, ordem que se encarregou da expansão da crença pelos países colonizados.

Os autores do teatro nesse período foram o Padre José de Anchieta e o Padre Antônio Vieira.
As representações eram realizadas com grande carga dramática e com alguns efeitos cênicos, para a maior efetividade da lição de religiosidade que as representações cênicas procuravam inculcar nas mentes aborígines. O teatro no Brasil, neste período, estava sob grande influência do barroco europeu.

Ao cabo do século XVIII, as mudanças na estrutura dramática da peças foram reflexo de acontecimentos históricos como a Revolução Industrial e a Revolução Francesa. Surgiram formas como o melodrama, que atendia aos gosto do grande público. Muitos teatros surgiram juntamente com esse grande público.

No século XIX as inovações cênicas e infra-estruturais do teatro tiveram prosseguimento. O teatro Booth de Nova York já utilizava os recursos do elevador hidráulico. Os recursos de iluminação também passaram por muitas inovações e experimentações, com o advento da luz a gás. Em 1881, o Savoy Theatre de Londres foi o primeiro a utilizar iluminação elétrica.

Os cenários, assim como o figurino, procuravam reproduzir situações históricas com um realismo bastante apurado.

As sessões teatrais, em que outrora se encenavam várias peças novas ou antigas, foram passando a ser utilizadas apenas para a encenação de uma peça. Todas as inovações pelas quais o teatro foi passando exigiram o surgimento da figura do diretor, que trata de todos os estágios artísticos de uma produção.

Ao final do século XIX uma série de autores passaram a assumir uma postura de criação bastante diversa da de seus predecessores românticos, visando a arte como veiculo de denúncia da realidade. Escritores como Henrik Ibsen e Emile Zola foram partidários dessa nova tendência, cada qual com sua visão particular.

O teatro do século XX caracteriza-se pelo ecletismo e pela grande quebra de antigas tradições. O "design" cênico, a direção teatral, a infra-estrutura e os estilos de interpretação não se vincularam a um único padrão predominante.

Entretanto, pode-se dizer que as idéias de Bertolt Brecht foram as que mais influenciaram o teatro moderno. Segundo dizia Brecht , o ator deve manter-se consciente do fato que esta atuando e que jamais pode emprestar sua personalidade ao personagem interpretado.

A peça em si, por sua vez, assim como a mensagem social nela contida, deveria ser o supremo objeto de interesse. Para tanto, os espectadores deveriam ser constantemente lembrados que estão vendo uma peça teatral e que, portanto, não identifiquem os personagens como figuras da vida real, pois neste caso a emoção do espectador obscureceria seu senso crítico.

Dado o seu temor no caso dos atores mostrarem-se incapazes de desempenhar os papéis com tanta imparcialidade, Brecht utilizou vários recursos que libertariam as encenações de quaisquer ilusões de realidade que poderiam ser criadas nas mentes dos espectadores. A cenografia se dirigia a muitos efeitos não-realísticos, assim como as próprias atividades de mudança de palco podiam ser vistas pelo público. No teatro contemporâneo tanto as tradições realistas como as não-realistas convivem simultaneamente.

Do século XVII ao início do século XIX o teatro é marcadamente colonial, fortemente influenciado pelo teatro português. Os primeiros textos, como o ''Auto da festa de S. Lourenço'', do padre José de Anchieta, são escritos pelos jesuítas de Piratininga, numa mistura de espanhol, português e tupi-guarani. Visam a catequese e são encenados pelos indígenas.

Em Minas Gerais, durante o século XVIII, atores portugueses visitam Vila Rica. A única peça local preservada é ''O parnaso obsequioso'', de Cláudio Manuel da Costa, em homenagem ao aniversário do governador.

No Rio de Janeiro, na segunda metade do século XVIII, o Teatro do padre Ventura encena as "óperas" - na verdade, comédias entremeadas de canções - de Antônio José da Silva, o Judeu ''Guerras do Alecrim e Mangerona'', autor nascido no Brasil mas que vive praticamente toda sua vida em Portugal.

E o Teatro de Manuel Luís importa espetáculos de Portugal e da Espanha. As representações acontecem principalmente em ocasiões festivas, quando grupos amadores montam, em praça pública, peças de tom popular, louvando as autoridades. Depois que a sala do padre Ventura é destruída por um incêndio (1769) e a de Manuel Luís é fechada, D. João VI manda construir, em 1810, o Real Teatro de São João, atual João Caetano, onde também se exibem atores portugueses. Só no romantismo surge um teatro com características nacionais.

Romantismo

Primeira metade do século XIX. No reinado de D. Pedro I, surge o primeiro grande ator brasileiro, João Caetano dos Santos. No ano seguinte, ''O juiz de paz na roça'' revela Luís Carlos Martins Pena, cujas comédias fazem uma crítica bem-humorada da sociedade da época.

Os dramas ''Leonor de Mendonça'', de Antônio Gonçalves Dias, e ''Gonzaga'' ou ''A revolução de Minas'', de Antônio Castro Alves; e as comédias ''A torre em concurso'', de Joaquim Manuel de Macedo, e ''O demônio familiar'', de José de Alencar , vêm ampliar o repertório nacional.
João Caetano (1808-1863) é considerado o primeiro grande ator brasileiro. Especializado em papéis dramáticos, trabalha em peças de autores como Victor Hugo, Shakespeare, Alexandre Dumas Filho e Molière. Sua montagem de ''Antônio José'' ou ''O poeta e a Inquisição'' (1838), de Gonçalves de Magalhães, dá início a um teatro com temas e atores brasileiros. No livro ''Lições Dramáticas'' reflete sobre a arte de representar.

Luís Carlos Martins Pena (1815-1848) nasce no Rio de Janeiro, de família pobre. Torna-se diplomata, chegando a adido em Londres. Utiliza com maestria a linguagem coloquial e faz rir com situações engraçadas envolvendo pessoas do interior em contato com a corte em peças como ''O juiz de paz da roça'', ''Um sertanejo na corte'' e ''A família e a festa na roça''. É o primeiro dramaturgo importante do cenário brasileiro e um dos primeiros a retratar o princípio da urbanização do país.

Realismo

Segunda metade do século XIX. “A reação aos excessos românticos já se percebe numa peça de transição, como ‘‘A Lição de botânica”, de Joaquim Maria Machado de Assis . Joaquim José da França Júnior ''Como se faz um deputado'', ''Caiu o ministério'' traça, num tom bem amargo, o painel das maquinações políticas do 2º Império. Igualmente satírico, mas brincalhão, é o tom de Artur de Azevedo. Também Henrique Maximiano Coelho Neto pratica, em ''Quebranto'' ou ''O patinho feio'', uma comédia de costumes ágil e leve.

Mas as companhias nacionais são precárias, e os atores mais aclamados - Furtado Coelho, Lucinda Simões e Adelaide Amaral - ainda são portugueses.

Artur de Azevedo (1855-1908) nasce no Maranhão e muda-se para o Rio de Janeiro em 1873. Além de se dedicar ao teatro, trabalha também como jornalista. Cria, com ''As burletas'', ''O mambembe'' ou ''A capital federal'', a comédia musical brasileira. Escreve também paródias de dramas franceses. Sua importância não se restringe ao texto, atua também divulgando obras de outros autores. Pouco antes de morrer é nomeado diretor do Teatro da Exposição Nacional.

Simbolismo

Primeiros anos do século XX. De uma produção muito irregular, que se limita a copiar autores europeus, salvam-se ''Eva'', de João do Rio (pseudônimo de Paulo Barreto); ''O Canto sem palavras'', de Roberto Gomes; e ''A comédia do coração'', de Paulo Gonçalves. Mas o isolamento criado pela 1ª Guerra Mundial gera um embrião nacionalista que se manifesta, sob a forma de temática regional, em ''Flores de sombra'', de Cláudio de Sousa, e ''Onde canta o sabiá'', de Gastão Tojeiro.

Modernismo

Embora o teatro seja a arte menos atingida pela Semana de Arte Moderna de 1922, uma de suas conseqüências é a criação, por Álvaro Moreira, do Teatro de Brinquedo, que estréia com ''Adão, Eva e outros membros da família'' (1927). Escrita em linguagem coloquial, coloca em cena, pela primeira vez, como protagonistas, dois marginais: um mendigo e um ladrão. Esse exemplo será seguido por Joracy Camargo em ''Deus lhe pague'', primeira peça brasileira a obter sucesso no exterior.

Companhias Nacionais

Leopoldo Fróes cria a primeira companhia inteiramente nacional depois de voltar de Portugal, em 1908, e procura fixar uma dicção teatral brasileira, livre dos maneirismos herdados de atores portugueses. Para seu grupo contribuem Viriato Correa (Sol do sertão), Oduvaldo Vianna (A casa do tio Pedro) e Armando Gonzaga (Cala a boca, Etelvina!).

Nas décadas de 30 e 40 Jaime Costa, Procópio Ferreira , Abigail Maia e Dulcina de Moraes fundam suas próprias companhias, ativas até o fim dos anos 50.
A húngara Eva Todor, naturalizada brasileira, e seu marido, Luís Iglésias ''Chuvas de verão'', além de apresentar comédias leves, revelam textos de Bernard Shaw, Ferenc Molnár e Henryk Ibsen.

Modernização do Teatro
Geração TBC - Teatro Brasileiro de Comédia


Em 1948 o industrial italiano Franco Zampari funda, em São Paulo, o Teatro Brasileiro de Comédia (TBC), marco na história do teatro brasileiro. A posição de preponderância que ocupa deve-se à incorporação de novos talentos: Nídia Lícia, Paulo Autran, Cacilda Becker , Sérgio Cardoso, e à importação dos diretores italianos Luciano Salce e Adolfo Celli, que ajudam a formar os brasileiros Flávio Rangel e Antunes Filho. Com o sucesso em São Paulo, o TBC abre uma filial no Rio.

As companhias de Eva Todor, Maria Della Costa, Dulcina e Odilon, Procópio e Bibi Ferreira são contratadas para excursionar em Portugal e suas colônias. Os problemas criados por uma estrutura grande e onerosa, a morte de Franco Zampari e cisões entre os membros do elenco fazem com que, ao longo da década de 50, o TBC se desmembre nos grupos de: Tônia Carreiro, Paulo Autran e Margarida Rey, dirigido por Adolfo Celli; de Cacilda, o marido Walmor Chagas e a irmã Cleyde Yáconis, dirigido por Ziembinski; o Teatro dos Sete, de Fernanda Montenegro, Italo Rossi e Sérgio Brito; e o de Sérgio Cardoso e Nídia Lícia.

Contribuição Estrangeira

Na década de 40 alguns atores do Leste europeu refugiam-se no Brasil. Entre eles, estão o ucraniano Eugênio Kusnet, ator e professor que vai ter importância crucial na primeira fase do Teatro Oficina ao introduzir com todo o rigor o método Stanislavski; e o polonês Zbigniew Ziembinski , que, com o cenógrafo Gustavo Santa Rosa, funda Os Comediantes, com os quais monta Pirandello, Eugene O'Neill e Arthur Miller.

O trabalho de Ziembinski em ''Vestido de noiva'', de Nelson Rodrigues, encenada em 1943, transforma o papel do diretor de teatro no Brasil. Até então não se conhecia a figura do diretor como responsável pela linha estética do espetáculo, ele era apenas um ensaiador.

Revolução na Dramaturgia

O pioneiro da moderna dramaturgia brasileira é Nelson Rodrigues, que constrói uma obra coerente e original, expondo o inconsciente da classe média com seus ciúmes, loucuras, incestos e adultérios.

Nelson Rodrigues (1912-1980) nasce no Recife e ainda criança muda-se para o Rio de Janeiro. Filho de um jornalista, começa aos 13 anos a trabalhar como repórter no jornal do pai. Resolve escrever para teatro para aumentar sua renda. Sua primeira peça encenada é ''Mulher sem pecado'', em 1942. Mas o marco da moderna dramaturgia brasileira é ''Vestido de Noiva'' - texto fragmentário e ousado sobre as lembranças e delírios de uma mulher que agoniza durante uma cirurgia.

Escolas de Teatro

Em 1938, Pascoal Carlos Magno cria, no Rio de Janeiro, o Teatro do Estudante, primeiro grupo sério de teatro amador. Como ''Hamle''t, é lançado Sérgio Cardoso, que, mais tarde, será a primeira estrela do palco a tornar-se um popular ator de telenovelas.

Em 1948, Alfredo Mesquita funda em São Paulo a Escola de Arte Dramática (EAD).
Ainda em 1948, com ''O casaco encantado'', Lúcia Benedetti lança as bases do teatro infantil interpretado por adultos; sua seguidora mais importante é Maria Clara Machado ''Pluft, o fantasminha'', ''O rapto das cebolinhas'', que, na década de 50, cria o Tablado, importante centro de formação de atores ainda em atividade.

Serviço Nacional de Teatro

Fundado no fim dos anos 40, patrocina a criação de grupos experimentais e a montagem de novos textos brasileiros, como ''A raposa e as uvas'', de Guilherme de Figueiredo, aclamado no exterior.

Novos representantes do teatro de costumes são Pedro Bloch ''As mãos de Eurídice'' e o humorista Millôr Fernandes ''Do tamanho de um defunto''.

Preocupação com a Temática Social no Teatro

Na década de 50 os textos teatrais são marcados pela preocupação com as questões sociais. ''O Pagador de promessas'', de Dias Gomes - também autor de telenovelas -, se transforma num grande sucesso e é adaptada para o cinema em 1962 por Anselmo Duarte. O filme ganha a Palma de Ouro em Cannes.

Nelson Rodrigues, que firmara sua reputação com ''O anjo negro'', ''Álbum de família'' e ''A falecida'', desperta polêmica com ''Perdoa-me por me traíres'', ''Beijo no asfalto'', ''Bonitinha mas ordinária'', consideradas escandalosas.

Jorge Andrade retrata a decadência da aristocracia rural paulista em ''A moratória'' e a ascensão das classes novas em ''Os ossos do barão''.

Fora do eixo Rio-São Paulo, Ariano Suassuna, nas comédias folclóricas ''O auto da Compadecida'' e ''O santo e a porca'', cruza o modelo renascentista das peças de Gil Vicente com a temática folclórica nordestina.

Jorge Andrade (1922-1984) nasce em Barretos, interior de São Paulo. Começa a carreira de dramaturgo, incentivado pela atriz Cacilda Becker. Na década de 50 escreve peças dramáticas e nos anos 60 estréia as comédias ''A escada'' e ''Os osso do barão'', ambas transformadas em novelas de televisão. Para a TV escreve também as novelas ''O grito'' e ''As gaivotas''. Ao lado de Nelson Rodrigues, é o dono da obra teatral mais significativa do Brasil: nela se destacam denúncias do fanatismo e da intolerância, como ''Veredas da salvação'' ou o delicado testemunho autobiográfico de ''Rasto atrás''.

A Contestação no Teatro

A partir do final dos anos 50, a orientação do TBC, de dar prioridade a textos estrangeiros e importar encenadores europeus, é acusada de ser culturalmente colonizada por uma nova geração de atores e diretores que prefere textos nacionais e montagens simples. Cresce a preocupação social, e diversos grupos encaram o teatro como ferramenta política capaz de contribuir para mudanças na realidade brasileira.

O Teatro de Arena, que com seu palco circular aumenta a intimidade entre a platéia e os atores, encena novos dramaturgos - Augusto Boal ''Marido magro, mulher chata'', Gianfrancesco Guarnieri ''Eles não usam black-tie'', Oduvaldo Vianna Filho ''Chapetuba Futebol Clube'' - e faz musicais como ''Arena conta Zumbi'', que projeta Paulo José e Dina Sfat.

Trabalho semelhante é o de José Celso Martinez Correa no Grupo Oficina, também de São Paulo: além de montar ''Os pequenos burgueses'', de Gorki, ''Galileu, Galilei'', de Brecht, e ''Andorra'', de Max Frisch, redescobre ''O rei da vela'', escrito em 1934 por Oswald de Andrade, mas proibido pelo Estado Novo; e cria ''Roda viva'', do músico Chico Buarque de Holanda.

Chico havia feito a trilha sonora para ''Vida e morte severina'', auto nordestino de Natal, de João Cabral de Melo Neto, montado pelo Teatro da Universidade Católica de São Paulo (Tuca) e premiado no Festival Internacional de Teatro de Nancy, na França.

Os passos do Arena, de conotações nitidamente políticas, são seguidos pelo Grupo Opinião, do Rio de Janeiro. Seu maior sucesso é ''Se correr o bicho pega, se ficar o bicho come'', de Oduvaldo Vianna Filho.

No final da década de 60, novo impulso à dramaturgia realista é dado por Plínio Marcos em ''Dois perdidos numa noite suja'' e ''Navalha na carne''. Outros autores importantes são Bráulio Pedroso ''O fardão'' e Lauro César Muniz ''O santo milagroso''.

Gianfrancesco Guarnieri nasce em Milão. Participa da criação do Teatro de Arena. ''Eles não usam black-tie'' - história de uma família de operários durante uma greve e suas diferentes posições políticas - é um marco do teatro de temática social. Junto com Augusto Boal monta ''Arena conta Zumbi'', onde são usadas técnicas do teatro brechtiano.

Entre suas peças destacam-se também ''Um grito parado no ar'' e ''Ponto de partida''. Trabalha como ator de cinema (Eles não usam black-tie, Gaijin) e de novelas.

Plínio Marcos nasce em Santos, filho de um bancário. Abandona cedo a escola. Trabalha em diversas profissões - é operário, camelô, jogador de futebol, ator. Em 1967 explode com ''Dois perdidos numa noite suja'' e ''Navalha na carne'', peças que retratam a vida dos marginais da sociedade. Sua temática realista e linguagem agressiva chocam parte do público e fazem com que suas peças sejam freqüentemente censuradas.

Após dez anos sem publicar, lança ''A dança final'' em 1994. Vive da venda direta de seus livros e da leitura de tarô.

Oduvaldo Vianna Filho (1936-1974) nasce em São Paulo. Filho do dramaturgo Oduvaldo Vianna, torna-se conhecido como Vianinha. É um dos fundadores do Teatro de Arena e do Grupo Opinião. Suas peças ''Chapetuba F.C.'', ''Se ficar o bicho pega, se correr o bicho come'', ''Longa noite de cristal'', ''Papa Highirte'' e ''Rasga coração ''o transformam num dos mais importantes dramaturgos brasileiros. ''Rasga coração'', síntese do teatro brasileiro de seu tempo, fica censurada por cinco anos durante o regime militar e só é montada em 1979, após sua morte.

Censura

Na década de 70 a censura imposta pelo governo militar chega ao auge. Os autores são obrigados a encontrar uma linguagem que drible os censores e seja acessível ao espectador.
Nessa fase, surge toda uma geração de jovens dramaturgos cuja obra vai consolidar-se ao longo das décadas de 70 e 80:

· Antônio Bivar (Cordélia Brasil),
· Carlos Queiroz Telles (Frei Caneca),
· Consuelo de Castro (Caminho de volta),
· Fauzi Arap (O amor do não),
· Flávio Márcio (Réveillon),
· Isabel Câmara (As moças),
· João Ribeiro Chaves Neto (Patética),
· José Vicente (O assalto),
· Leilah Assunção (Fala baixo senão eu grito),
· Maria Adelaide Amaral (De braços abertos),
· Mário Prata (Bésame mucho),
· Naum Alves de Souza (No Natal a gente vem te buscar).
· Roberto Athayde (Apareceu a margarida),

Marcam época também as montagens feitas, em São Paulo, pelo argentino Victor García: ''Cemitério de automóveis'', de Fernando Arrabal, e ''O balcão'', de Jean Genet - nesta última, ele chega a demolir internamente o Teatro Ruth Escobar para construir o cenário, uma imensa espiral metálica ao longo da qual se sentam os espectadores.

Novas Propostas

A partir do final da década de 70, aparecem grupos de criação coletiva, irreverentemente inovadores.

''Trate-me leão'', do Asdrúbal Trouxe o Trombone, aborda o inconformismo e a falta de perspectivas da adolescência e revela a atriz Regina Casé.
''Salada paulista'', do Pod Minoga também calca seu humor nos problemas do cotidiano.
Já ''Na carreira do divino'', de Alberto Soffredini, baseia-se numa pesquisa do grupo Pessoal do Vítor sobre a desestruturação do mundo caipira.

Antunes Filho é aplaudido por sua adaptação de ''Macunaíma'', de Mário de Andrade, e Nelson Rodrigues, ''O eterno retorno''.

Luiz Alberto de Abreu ''Bella ciao'', Flávio de Souza ''Fica comigo esta noite'' e Alcides Nogueira ''Lua de Cetim'' e ''Opera Joyce'' destacam-se entre os autores.
O Ornitorrinco, de Cacá Rosset e Luís Roberto Galizia, inaugura, com ''Os párias'', de Strindberg, e um recital das canções de Kurt Weil e Brecht, uma fórmula underground original.
Os espetáculos posteriores de Rosset, o ''Ubu'', de Alfred Jarry, o polêmico ''Teledeum'', do catalão Albert Boadella, ''Sonhos de uma noite de verão'' e ''Comédia dos erros'', de Shakespeare, são comercialmente bem-sucedidos.

Antunes Filho começa a trabalhar com teatro dirigindo um grupo de estudantes. Na década de 50 trabalha como assistente de direção no TBC. No final dos anos 70 rompe com o teatro mais comercial em sua montagem de Macunaíma, de Mário de Andrade, um dos marcos do teatro brasileiro. Com Nelson Rodrigues, o eterno retorno, montagem que engloba as peças Toda nudez será castigada, Os sete gatinhos, Beijo no asfalto e Álbum de família, traz à tona a discussão sobre a obra de Nelson Rodrigues. No Centro de Pesquisas Teatrais, pesquisa um modo brasileiro de fazer teatro.

Tendências atuais

Marcada pela pluralidade de concepção teatral.

O trabalho dos diretores torna-se mais conhecido do que o dos autores.

Novos Autores

Em São Paulo destacam-se:

· Marcos Caruso e Jandira Martini fazem sucesso com Porca Miséria.
· Noemi Marinho (Fulaninha e Dona Coisa, Almanaque Brasil).
· Otávio Frias Filho (Típico romântico, Rancor),

No Rio de Janeiro surge o besteirol, que começa com humor e irreverência e avança para um texto mais crítico. Os mais conhecidos dramaturgos dessa linha são:

· Mauro Rasi (Batalha de arroz num ringue para dois, Viagem a Forlí).
· Miguel Falabella (A partilha, Como encher um biquíni selvagem, No coração do Brasil) e

Novos Diretores

Controvérsia cerca as montagens de Gerald Thomas : Carmen com filtro, Electra e a trilogia de adaptações de Kafka. Entre os cariocas destacam-se Moacyr Góes, com A escola de bufões, e Enrique Díaz, que, aos 22 anos, surpreende com A Bao a Qu, baseado em Jorge Luís Borges. O paulista Ulysses Cruz, com o grupo Boi Voador, monta Velhos marinheiros e Típico romântico. Também desponta o talento do mineiro Gabriel Villela, que faz teatro de rua com o Grupo Galpão, de Belo Horizonte (Romeu e Julieta) e assina as montagens de A vida é sonho, de Calderón de la Barca, e A guerra santa, além de uma excelente A Falecida, de Nelson Rodrigues. Bia Lessa (Cartas portuguesas, Orlando) cria soluções cenográficas originais e faz uma leitura extremamente pessoal de textos clássicos. A cada dia, novos nomes brilham no cenário teatral brasileiro. Os nomes que apresentamos aqui são apenas alguns entre os muitos outros que atuam por este imenso Brasil.

Paraná

A história do teatro paranaense tem início na vila de Paranaguá, no início do século XIX. Por ser uma cidade portuária, Paranaguá estava em contato direto não apenas com o desenvolvimento das atividades comerciais, mas com a troca de informações com as mais diferentes regiões do Brasil e de outros países. É deste contexto que o meio social da época se alimentava e do qual as ações culturais iriam nascer na cidade.

As primeiras apresentações teatrais em Paranaguá aconteciam ao ar livre. Peças do repertório de Molière e, mais tarde, do poeta cômico Antônio José da Silva¹, constam nos registros da história cultural da cidade.

Em 1808, o historiador Antonio Vieira dos Santos relatou as grandes solenidades cívicas programadas para a chegada de D. João VI ao Brasil. Em uma portaria do General da Capitania, Antonio José da França e Horta, dirigida à Câmara, manda publicar editais para que haja nove dias de luminárias para a chegada de "Sua Alteza Real ao Brasil, e sua Augusta Família", além de programar diversas atividades artísticas para a recepção Real:

1808 - 550 - Vereança de 28 de Abril: A Câmara publicou novo Edital, fazendo saber que, o General determinava, houvesse nove dias de luminárias, Missa cantada, Senhor exposto, Sermão e Te Deum com assistimento de toda a nobreza, cujas luminárias começariam no dia 5 de junho até o dia 14, e, igualmente todos os festejos de óperas, toques e danças para o engrandecimento das mesmas festas reais. .

Há registros de que no dia 13 de junho de 1808 foi apresentada na rua a comédia Ézio em Roma , que não pôde ser concluída porque choveu. No dia 18 de junho foram apresentadas pela Câmara e pelos Oficiais do Regimento de Milícias, a comédia Zenóbia , entremeses e pantomimas. No dia 19, foi apresentada a comédia Porfiar Errando e pantomimas dos Alfaiates e dos Ladrões.

Em 1829, Paranaguá contava com uma via pública denominada Beco do Teatro, mas não há registros sobre a existência de alguma edificação para este fim.

O primeiro teatro de Paranaguá de que se tem registro, foi construído em uma casa que a sociedade organizada comprou fiado de José Ricardo. A obra foi iniciada em 1839 e dirigida por Francisco Soares Vianna. Seus diretores e fundadores foram os Comendadores Manoel Francisco Correia Júnior, Manoel Antônio Guimarães, o Tenente Coronel Manoel Francisco Correia, o Capitão Mor Manoel Antônio Pereira e o Sargento Mor João Antônio dos Santos.

O Teatro Paranagüense ficava em terreno escavado, inferior ao nível da rua, possuía duas séries de camarotes e platéia ampla. A primeira apresentação do Teatro Paranagüense ocorreu em 1840, na Festa da Páscoa. E em 1841, foi realizado no teatro um espetáculo de gala em honra à coroação de D. Pedro II.

O Teatro Paranagüense foi palco de récitas e peças teatrais encenadas por companhias dramáticas, cômicas e burlescas vindas dos mais famosos palcos da Europa e do Rio de Janeiro. Entre 1840 a 1860 viveu seu período artístico mais intenso.

Em 1861 é criada a Filodramática Paranagüense, levando ao palco do Teatro Paranagüense o drama Pedro , em 2 de dezembro do mesmo ano.

Em 1865 o Brasil se encontrava em guerra com a República do Paraguai e o país era absorvido pelo ímpeto de combater Francisco Solano Lopes. Em Paranaguá, os espetáculos, além de raríssimos, não apresentavam o fulgor dos anos anteriores.

Passado o lento período da guerra que se estendeu de 1865 a 1870, as atividades dramáticas voltam a ocupar o Teatro Paranagüense, com a montagem de Os Dois Serralheiros , Remorso Vivo e Mineiros da Desgraça , entre outras peças.

Em 1872, a Província do Paraná havia sido desmembrada de São Paulo há apenas 19 anos, e o Brasil havia se tornado uma nação independente há apenas 50 anos. Paranaguá - que pelos serviços prestados à Coroa, havia sido elevada à categoria de cidade em 1842 -, era então um centro em grande atividade. Contava 224 anos e por dois séculos havia sido instruída pelos mestres de Lisboa, cultivando uma sociedade de tradição e elevada cultura. Foi o berço dos primeiros intelectuais, músicos, pintores e poetas do Paraná. É neste ano de 1872 e nesta atmosfera, que o Clube Literário é fundado em 9 de agosto. Teve entre seus nomes, o do poeta e historiador Aníbal Ribeiro Filho, o médico e artista Leocádio José Correia e o prosador e poeta Eurípedes Branco.

O Clube Literário constituiu um importante patrimônio histórico e cultural da cidade de Paranaguá, editando jornais, instituindo cursos, promovendo debates de teses, apresentações teatrais e festas artísticas. Possuía uma biblioteca com mais de 1.000 obras, em sua maioria, doadas por seus sócios.

Em 1884 é inaugurado o Teatro Santa Celina com a peça José no Egito . Com a sua construção, o Teatro Paranagüense que já não mais oferecia segurança pelos seus alicerces e vigamento apodrecido é relegado.

No mesmo ano é inaugurado o Theatro São Theodoro , em Curitiba, iniciando um período profícuo para a história da cultura da capital da Província.

Em 1887, quando em ruínas, o Teatro Paranagüense é abandonado definitivamente.

Londrina

José Antonio Teodoro, diretor de teatro

Sem dúvida, um dos nomes fundamentais da história do teatro londrinense é o do diretor do grupo Delta, José Antonio Teodoro (foto), falecido prematuramente em 1987 com apenas 34 anos de idade. Com uma carreira em ascensão e já despontando como um dos principais diretores jovens do país, Teodoro recebeu indicação para o prêmio Mambembe e arrebatou, no mesmo ano de 1987, o prêmio de Diretor Revelação concedido pela Associação Paulista dos Críticos de Arte (APCA), por sua encenação de “Toda Nudez Será Castigada” de Nelson Rodrigues.

A antológica montagem de “Toda Nudez” foi um acontecimento sem precedentes para o teatro da cidade. Foram mais de 100 apresentações incluindo temporadas em Londrina, São Paulo, Rio de Janeiro, além de representar o Brasil no Festival Latino de Nova York em agosto de 1986, e realizar excursões por México, Porto Rico, Portugal e Espanha. No Festival Latino de Nova York, o Delta teve casa cheia em todas as apresentações, sendo assistido por um público total de 2.500 pessoas. No final de uma das apresentações o Delta recebeu nos camarins o produtor Joseph Papp que, emocionado, queria cumprimentar o diretor e os atores. Papp foi o produtor de musicais clássicos da Broadway como “Hair” e “Chorus Line”, e naquele ano estava produzindo a peça “Cuba” protagonizada por Robert de Niro.
Sobre a experiência da temporada americana declarou José Antonio Teodoro à Folha de Londrina: “Sinto que a grande lição que esta excursão trouxe para todos nós reside no fato de fazermos teatro com poucos recursos econômicos, suprindo as dificuldades financeiras com criatividade. As cenas simples eram aplaudidas em plena peça.” E, de fato, a “Toda Nudez” do Delta obteve sucesso de público e crítica, com matérias elogiosas no The New York Post e Daily Mirror. A tônica era a surpresa da existência de um dramaturgo brasileiro tão perturbador e, principalmente, a qualidade artística do grupo Delta.

 

J.C. Miller Juniors

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